Es una lástima que este CHISTE traspase el papel y la ironía de Matías y sea reproducido a diario por todos los integrantes de TBA, quienes se ríen a carcajadas en nuestra propia cara cuando MANIPULAN:
- NUESTRO DINERO: No sólo a través del boleto. Sino también, con los subsidios millonarios que le otorga el gobierno a esta empresa sin ningún control regulatorio previo y en este momento estoy denunciando a la CNRT, que debería trabajar a favor del pasajero y no en contra, como es el caso del MALDITO SARMIENTO.
- NUESTRO TIEMPO: Al ser víctimas de las demoras constantes. Esperando en el andén o siendo rehenes de TBA entre estación y estación, cuando sin razón aparente las formaciones se detienen por más de media hora y nadie se acerca a dar explicaciones. Y en el caso de un siniestro, no se hace presente el personal capacitado para realizar la evacuación del tren (como figura en varios carteles en el interior de los coches), con todos los riesgos que ello implica para todos los usuarios que al entrar en pánico saltan a las vías y se exponen a un peligro, aún mayor.
- NUESTRA INTEGRIDAD FÍSICA: Al exponer diariamente nuestro cuerpo a ese apretujamiento mortal y si se trata del furgón, a esos humos “jamaiquinos” que nos fejan los ojos rojos y no por la bronca precisamente)
- NUESTRA INTEGRIDAD PSÍQUICA: Al pensar que perdemos el presentismo, que llegamos tarde a esa reunión. Si es de noche podríamos renegar porque todavía nos queda cocinar o porque sabemos que los chicos ya van a estar durmiendo, y así infinidad de razones son las que se cruzan por la cabeza de cada uno de los miles de usuarios.
Usuarios TORTURADOS por un “servicio”, que lo menos causa es GRACIA.
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