domingo, 21 de diciembre de 2008

En carne propia / Relato de un pasajero

A continuación, les dejo el relato que Rodrigo nos dejó en el mail malditosarmiento@yahoo.com.ar Recomiendo a personas sensibles NO LEERLO, probablemente después de hacerlo le temblarán las piernas al ingresar al tren y sus pensamientos no dejarán lugar a lo positivo, temiendo siempre que lo PEOR esté por venir. Es fuerte y es REAL quizás eso sea lo que lo hace tan DRAMÁTICO. Tenemos trenes salidos de una película de TERROR. Y no tenemos a NADIE que vele por la seguridad de los pasajeros. Las historias se repiten, los desenlaces son los mismos: CAOS, DESESPERACIÓN, FALTA DE ORGANIZACIÓN, INSEGURIDAD y un pedido DESESPERADO: ALGUIEN QUE NOS ESCUCHE Y ACCIONE. "Mientras esperaba en Once que saliera algún tren, me preguntaba si alguna vez cambiaría ese ritual cabalístico que es volver a casa sano y salvo. Otra vez los trenes funcionaban mal. Condicional como les gusta informar por parlante. Accidente en Flores, decían. Otra vez la paciencia, que de tanto que apelo a ella ya la tengo cansada vea.

En fin, con 45 minutos de atraso en tren salió. Con tanta gente arriba como cualquier usuario del Sarmiento puede fácil imaginar. Al menos no hacía tanto calor. Y el tren avanzaba. Esto es para festejar, está de más decirlo.

A poco de salir de la estación se escuchó una pequeña explosión y enseguida un ruido como de un gas fluyendo desde abajo del coche en el que yo viajaba. Enseguida comenzaron los gritos. El tren de incendia, hay fuego, vamos, vamos para adelante que hay fuego, vamos. La gente comenzó a agolparse y por medio de empujones ansiosos pretendía pasar al coche de adelante. Pero claro, era tanta la gente que resultó imposible. Entonces, la desesperación, los gritos, los llantos de los chicos (que los había, y muchos). Alguien presionó el botón de emergencia y el tren se detuvo unos segundos después. Quedamos abajo del puente que separa la capital de la provincia. Entonces se dio la situación que todos sabemos que va a suceder en cualquier momento. La emergencia.

Qué debería hacerse ante una emergencia?

Que alguien apretara un botón y las puertas se abrieran?

Que se pudiera sacar un matafuegos que algún lado?

Que existieran escaleras para por realizar una evacuación?

Que personal idóneo se presentara indicando como bajar del tren y por dónde caminar? Que las luces de emergencia funcionaran de inmediato?

Que por altoparlantes alguien tratara de calmar a las personas que mas nerviosas se ponen?

Bueno nada de eso ocurrio.

MAS BIEN TODO LO CONTRARIO.

Las puertas no se podían abrir. Los mas altos arrancaron las tapas que se encuentran sobre las puertas y arrancaron las mangueras neumáticas y violentaron las puertas como pudieron.

as luces se apagaron y no volvieron a encenderse hasta una hora y media después.

Las luces se apagaron y no volvieron a encenderse hasta media hora después

No hubo mensajes indicatorios desde los parlantes del tren por una sencilla razón, los trenes no tienen parlantes.

No llegó personal de TBA preparado para realizar evacuaciones, solo un puñado de empleados que con vocación de ayudar acercaron matafuegos y extinguieron el fuego de inmediato.

No pudimos hallar ni escaleras ni material útil para este tipo de situaciones con riego de vida para los usuarios. Porque imaginen la situación, un tren atestado de gente, una situación violenta, un ruido a explosión, el olor de los cables quemados, (si hasta pude sentir el calor en el piso a través de mis zapatillas), la angustia de no saber qué está pasando, si uno está por morirse achicharrado o no.

A los diez minutos todo había terminado, el fuego extinguido y la gente en calma, a pesar de todo. Todos nos preparábamos para seguir viaje cuando ocurrió otro accidente. El tercero de la tarde. El tren que estaba saliendo de Liniers por la vía lenta nos chocó de atrás y rompió los vidrios de su primer vagón. Varias personas terminaron lastimadas y fueron atendidas en hospitales. Enseguida llamaron a los bomberos, llegó la policía, las ambulancias. Otro caos.

La gente empezó a bajarse de ambos trenes cuando la electricidad del tercer riel todavía estaba conectada (Que alguien me ayude, la electricidad del tercer riel es de 800v?). Nadie puede imaginarse lo que es ver bajar al a gente de los trenes. Escaleras torcidas, puertas trabadas, vidrios rotos en el piso, ratas muertas (y vivas), más de metro y medio hasta el piso. Un piso que es de piedras. Tenés que ver a las pobres viejas intentando no morirse en el intento. O quebrarse la cadera que es casi lo mismo (total andá a hacerte curar en un hospital argentino). Todos se tiraban a las vías y se preguntaban unos a otros que pasaba. La situación empeoró aún más. Empezaron los peritajes, la acción de los bomberos, de la Federal , mientras tanto nosotros, los pasajeros, íbamos y veníamos en medio de las vías esperando que alguien nos explicara algo, que nos dijera cómo volver a casa (los colectivos tenían racimos de personas colgando de las puertas), que nos pidiera disculpas por otro día más de servicio pésimo.

(...)

Yo entiendo los desmanes, no apruebo los destrozos (aun falta la maquina de pasajes en la estación de Castelar, esa que rompieron hace 4 meses, porqu eno la arregla TBA para culparnos a todos?), pero entiendo el descontento. Porque todos lo vivimos diariamente. Porque es increíble la ineficacia de la empresa. Porque es insostenible la situación precaria con la que funcionan las formaciones. Porque es pesimo todo: el trato del personal, la compra de boletos, el estado de las maquinas de monedas, la limpieza de los vagones, la seguridad con que se viaja, la vigilancia, los horarios, la comodidad. Todo. Créame, todo".

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MANDAMIENTOS TBA